24 jul 2011

En vano

Aunque me asuste pensarlo, estoy dispuesta a reconocer que hoy no escribo por amor; escribo por necesidad.

Me cuesta entender por qué los malos momentos o las pésimas noticias se juntan para terminar de destruir la mínima esperanza de una mente problemática como la mía. La única esperanza cuando ya no queda nada.

¿Qué le sigue al esfuerzo, doble esfuerzo y triple esfuerzo? No lo sé. No voy a consolarme pensando que las cosas pasan por algo, ni tampoco voy a atormentar a mi conciencia, porque esta vez lo intenté. De verdad lo hice. Lo negativo de eso, es que si no depende de mí, entonces no sé de qué depende. Y sin saberlo, ¿cómo hacer que las cosas estén mejor? CÓMO.

Me está asesinando a sangre fría el famoso costo de oportunidad. Todo lo que resigné, y fue en vano.

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