Decime que esto no está pasando. Decime que mañana voy a levantarme como cuatro meses atrás. Que voy a sonreír al preparar el café, que voy a cantar en la ducha. Que voy a mirar el reloj sin importar el paso del tiempo, que voy a hacer intenso cada momento. Voy a cambiar el camino para ir a la facultad así evito el aburrimiento y escuchar música para alejar el descontento.
Decime que voy a equivocarme cien veces más y aún así voy a quererme. Decímelo.
Que no voy a extrañar por demás, que voy a disfrutar mi hoy y mi ahora. Sin alguien. Con nadie. Así de vacía, o casi completa.
Que voy a bailar sin sentir mareos, que voy a inventar los finales de los cuentos.
Decime que construír no arrastra lamentos, y que a pesar del desgaste, todavía siento.
Decime que el brillo de mis ojos es una mentira, que no hay miedo que con seguridad no se evapore.
Que vendrán nuevos riesgos y menos temores, y callaré el silencio, y encenderé emociones.
Decime que el próximo motivo para sentirme viva va a ser no tener motivos. Decímelo.
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