23 oct 2010

Cambios

El día que esa bendita suerte que nunca me visita, o quizás ese dios aparte que nunca se dejó ver, se apiaden de mi buena voluntad y te borren de mí, ese glorioso día voy a sentirme persona. Necesito estar completamente vacía para volver a llenarme. No sirve estar a medias.

¿Necesitaba una dosis de escarmiento? No sé, pero por las dudas me la tomé toda. Diecinueve años contra la misma causa y arruinarlo todo. En cuestión de meses. Sí, hay culpables, y diría que son dos.

Frustración. Eso siento cuando el progreso no aparece ni por asomo. Eso siento ahora.

Aunque tal vez es más frustrante concluir que para afrontar todo esto uno tiene que cambiar. CambiarSE. ¿Es bueno, no? (ironía, ironía, ironía). Me fastidia. Una situación así no tiene que provocar que yo cambie, ¡yo tengo que generar los cambios! Yo, yo y nadie más que yo.

No voy a citar al autor, por recordarme a la facultad y una materia tediosa y estresante, pero hace poco tiempo lei:

“Entonces pregunto: ¿qué es lo primero que buscarían ustedes si tuvieran una vida sin problemas? La respuesta mayoritaria es ‘cambiar, crear algo nuevo’. Los seres humanos somos más complejos de lo que suponemos. Tememos el cambio, pero lo buscamos. Como un experimentador me dijo una vez: ‘la gente no se resiste al cambio, se resiste a ser cambiada’ ”

Eso describe lo que me pasa ahora. No sólo soy compleja en calidad de ser humano, sino también en calidad de mujer. Lo cual hace un combo interesante.

¡AAAAAAH! Casi me olvido. Amo ser así.

No hay comentarios: