25 nov 2007

ciencia Y actitud


La ciencia hoy confirma: los pensamientos y las emociones positivas tienen claros beneficios sobre la salud. Ante cualquier enfermedad, una actitud esperanzada estimula los dispositivos naturales de defensa del organismo, al mismo tiempo que ayuda al paciente a adoptar hábitos de vida saludables.
El hombre está muy vinculado al mañana, es decir que las suposiciones acerca del futuro producen un gran impacto en el presente. Es por eso que la esperanza tiene un papel tan importante en la posibilidad de curación de una enfermedad. Aunque está claro que nadie se curará sólo por pensarlo los factores mentales ayudan.
Las actitudes y emociones positivas generan un aumento en la inmunidad celular que protege de las enfermedades, mientras que el pesimismo, a la inversa, inhibe las defensas naturales.
Se dice que los optimistas son más activos que los pesimistas y menos propensos a desarrollar respuestas negativas ante las adversidades, practican más medidas de medicina preventiva, sufren menos de depresión que los pesimistas, y a su vez, se demostró que el sistema inmune de los optimistas funciona de manera más efectiva que el de los pesimistas.
Sin embargo, es necesario estar en guardia contra aquellos profesionales o pseudo- profesionales que estimulan un optimismo ilusorio, falso o imprudente en relación a tratamientos o técnicas cuya eficacia no fue comprobada.
Dr. Elías Norberto Abdala (Revista ‘Viva’)

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