
Sólo sé que lloraste porque te parecés a Rodolfito.
El espejo me dijo que estás ausente, que vivís a raíz de un sistema locomotor algo alborotado. Que te vas a otro planeta cuando leés las fotocopias de la facultad. También me cuenta que dejaste algo que te hacía feliz, que patinaste feo, pero te mostraste segura. Y que tiraste amor al abismo aquella vez, todo el que tenías para dar, que ahora sólo ves en películas. Siempre disconforme, con faltas y sin sobras. Aunque los problemas sí sobran, ¿no?
Sos esa clase de persona durita de entender. La que insiste sobre lo mismo, con la esperanza de grandes cambios. Pero los mismos no llegan solos, vienen de la mano de los golpes, las caídas y los errores. Sabés por teoría y por práctica que nunca faltan.
No te (me) dejes. No olvides que en cada paso estoy, que valgo centavos, pero al menos los valgo. Y por más egoísta que suene a veces, priorizame. Porque estoy antes que cualquiera que pueda hacerte sentir un reno de Papá Noel. Antes que cualquiera que forme parte del abismo. Siempre.
1 comentario:
Así me gusta :)
Tierna
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