Actualmente, me pasa que quiero rendir más de lo que puedo, soy demasiado susceptible a cambios, lo confieso. Me cuesta adaptarme a todo, ni siquiera sé si me logré adaptar a la tecnología, aun sabiendo conocimientos técnicos sobre algún que otro artefacto tecnológico (esta oración es una redundancia extrema).
Tengo muchísimo miedo a fracasar, esto ya se lo comenté a varios amigos. De verdad no considero al fracaso un fin, ni a la buena vida carente del mismo. Pero sí algo más que superar. Algo que cuesta, algo que cambia, algo que divide. La vida está llena de fracasos, el raciocinio es un buen soporte. Sin embargo, el miedo sigue intacto.
Para concluir, sigo esperando algo que NO SÉ si vendrá.
Otoño, bienvenido seas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario