Y sí, ¡lo que daría por acelerarlo y despedirme de mayo de una buena vez!
Pero el tiempo es así, hay que entenderlo. Cuando queremos que pase más rápido, pasa más lento. Es lo que nos limita a cada momento, consciente o inconscientemente. Dependemos de él aunque no querramos, nos condicionamos a él aunque no tengamos ni la menor intención de hacerlo.
Lo necesitamos cuando llegamos a la inminente seguridad de nuestra propia inseguridad, ¿o no es así? Creemos que el tiempo va a librarnos de ella, para bien. Y a la larga nos damos cuenta de que es una vil auto-excusa, que sólo está en nosotros mismos el resultado apropiado.
Lo creemos indispensable en el proceso de olvido, es nuestra principal materia prima y nos valemos de él como nunca nos valemos de nada, hasta confiamos en él más que en nosotros mismos. De nuevo nos olvidamos algo: somos humanos, y tenemos esa bendita memoria con aquellos también benditos recuerdos.
Como suelo decir, los excesos nunca son buenos. Si utilizamos en exceso nuestro tiempo para cosechar, los resultados no serán favorables. Si en cambio, pretendemos sentarnos a esperar que éste sea el artífice de alguna que otra semilla, fracasaremos de igual forma. ¿Por qué? Una y otra vez ignoramos que sí es realmente necesario alcanzar cierto equilibrio, necesario para dejar de disponer del tiempo mismo. Si hay equilibrio, hay armonía. Si hay armonía, ignoramos el tema en cuestión.
Pero el tiempo es así, hay que entenderlo. Cuando queremos que pase más rápido, pasa más lento. Es lo que nos limita a cada momento, consciente o inconscientemente. Dependemos de él aunque no querramos, nos condicionamos a él aunque no tengamos ni la menor intención de hacerlo.
Lo necesitamos cuando llegamos a la inminente seguridad de nuestra propia inseguridad, ¿o no es así? Creemos que el tiempo va a librarnos de ella, para bien. Y a la larga nos damos cuenta de que es una vil auto-excusa, que sólo está en nosotros mismos el resultado apropiado.
Lo creemos indispensable en el proceso de olvido, es nuestra principal materia prima y nos valemos de él como nunca nos valemos de nada, hasta confiamos en él más que en nosotros mismos. De nuevo nos olvidamos algo: somos humanos, y tenemos esa bendita memoria con aquellos también benditos recuerdos.
Como suelo decir, los excesos nunca son buenos. Si utilizamos en exceso nuestro tiempo para cosechar, los resultados no serán favorables. Si en cambio, pretendemos sentarnos a esperar que éste sea el artífice de alguna que otra semilla, fracasaremos de igual forma. ¿Por qué? Una y otra vez ignoramos que sí es realmente necesario alcanzar cierto equilibrio, necesario para dejar de disponer del tiempo mismo. Si hay equilibrio, hay armonía. Si hay armonía, ignoramos el tema en cuestión.
5 comentarios:
Mayo siempre se hace largo viste, el tiempo es así, por ahí ledamos demasiada importancia y confiamos en que nos solucionará los problemas, puede ser pero hay que darle una ayudita tambiém.
Saludos!
la velocidad con la que pasa el tiempo es inversamente proporcional a lo que lo disfrutamos. SIEMPRE
A quien menos necesito en este preciso momento de mi vida es a Junio, cumplo 18 años, cada día se torna más mortificante, perpetuaría a mayo si pudiera, si pudiera.
Te quiero Flor.
Tenías razón...
Parece una agradable coincidencia que hayamos posteado un texto sobre tiempo a la vez, no?
Lástima que el tiempo no sea una agradable coincidencia (muchas veces)
Besotes nena!!!
solo conozco una cosa en que el exceso no es negativo jaja
el tiempo es un viejo horroroso
nos vemos
ale
Publicar un comentario