2 mar 2008
lluvia, lo que provocás
En los días de lluvia me invade la tristeza. El sólo pensar que la gente que vive en un humilde hogar está ahogándose me da escalofríos. Si la vida será injusta eh.
En los días así, también reflexiono. Termino siendo artífice de un mar de dudas, me confundo tanto, que parece a propósito. Serán mis sentidos, mi subconsciente, mi uso de razón…será lo que sea, pero me juega en contra. Acabé mandando mensajes, pensando y diciendo cosas que quizás no eran necesarias, quizás no eran propias de lo que guardo adentro.
No anda Internet, y esto se torna aburrido. Todavía no asumo las últimas noticias recibidas, y me angustia pensar que en diez días vuelve la amarga rutina. Se acercan días festivos anuales de personas que aprecio, voy a tener que comprar sonrisas de repuesto. Tan fuerte se precipita el agua, y el ruido que provoca, no me deja pensar.
Acabo de darme cuenta que la única meta que me planteé formalmente en la vida no se relaciona para nada con lo sentimental. Éstos son los momentos en los que creo que tengo menos sensibilidad que la piedra pómez.
¿Se puede desenchufar el cerebro? Quiero tener la mente nula, que no me responda por veinticuatro horas. Métanme a un freezer si quieren (a Walt Disney le copó), tírenme a las deseables aguas del riachuelo, o pónganme de estatua en el glaciar perito moreno, da igual. Cuando quiera regresar, les doy el okey, y me devuelven el cerebro, ¿si? Muchas gracias.
(29-02-08)
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1 comentario:
si no tuvieses sensibilidad no sentirías tristeza... tampoco te angustiaría pensar en el regreso a la rutina ni tendrías que comprar sonrisas... y mucho menos tendrías escalofríos pensando en la gente pobre...
Adonde está escrito que hay que proponerse metas sentimentales? ¿quien dijo que a W. Disney le gustó ser frizado?
De todas maneras, hay días en los que me siento como vos, así que si llegas a comprobar que todo eso está bueno, avisame.
beso.
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