Obstaculizando la elección

Sí, es raro que tenga que leer este blog para darme cuenta pero por momentos logro sorprenderme, porque digo lo que siento de la manera que más siento querer decirlo. Es extraño, es lindo también. Me da satisfacción el lograr algo en lo que tanto me empeño. Otras tantas cosas no me salieron del modo que quería, pero sigo manteniendo mi postura, apoyo mis palabras desde la primera hasta la última de estas entradas. Como me dijo una persona a la cual admiro, uno en su blog puede ser quien no es, puede fingir. Un gran riesgo para el lector…¿cómo saber si estamos leyendo las verdaderas opiniones y posturas de una persona o estamos leyendo puros cuentos? La forma de comprobarlo está en ver sus acciones, evaluar sus actitudes, que llevaría mucho trabajo, no es algo simple. Poniéndome en el lugar de quien escribe…si escribe lo que realmente siente, entonces puede sentirse orgulloso, por ser y pensar más allá de lo ajeno, por ser auténtico. Si escribe historias de un yo inexistente…entonces está perdido. Yo creo que todos alguna vez fingimos, quizás en cosas minúsculas como fingir que nos gusta la comida de la abuela para no borrarle la sonrisa, o algún absurdo regalo de cumpleaños, pero fingimos al fin. El factor número uno de fingir es claramente mi tan comentado ‘qué dirán’. Uno deja influirse por las críticas y opiniones ajenas y finge para ser aceptado, para que esas críticas y opiniones acerca de uno pasen a ser positivas. Es típico de una persona vulnerable, y es tan difícil hacer entrar en razones a una persona así, porque el miedo a ser rechazado, a ser herido, siempre es más fuerte, incluso más que el propio orgullo. Hay que empezar por valorarse, por aceptarse uno mismo, y recién ahí es cuando comenzás a ser valorado y aceptado por los demás. Lo viví, y sólo puedo decir esto por la mera experiencia, los resultados fueron buenos, y claramente, me siento bien.