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Lejos del mundo que me impusieron, porque ahora soy yo la que se impone, soy yo la que elige ser. Y me propongo simplemente adherir a mí misma esa convicción que hace falta, convicción que si no se tiene nada se logra. Esa seguridad de saber que se puede, aunque no todo tenga solución, se puede. Los problemas no desaparecen, busco que mi visión ya no los encuentre. Que la fuerza sea lo que sobre, que ya no importen las distancias, quiero saber acortarlas. Ni importen los caminos, porque voy a aprender a recorrerlos. Y si mañana no amanece, ya no importa. Hoy soy yo, con mis pocas virtudes y mis cientos de defectos, con mis manías y malhumores, con mi propia negatividad, y con mi historia. Hoy puedo aceptar con la frente en alto lo que nunca existió, que con sentir no es suficiente, hoy puedo soportar que los sueños sean sólo sueños, hoy más que nunca puedo cargar con las palabras que dije (las que me arrepiento haber dicho, y las que no también). Quizás con una palabra resuma todo lo que acabé de escribir; PAZ.