Hay veces que, a algunas personas, expresar lo que sentimos nos cuesta tanto. Sí, obviamente me incluyo. En lo que vine escribiendo, de a poco, creo que pude, en parte, sacar a la luz a esa Florencia que buscaba jaja pero bueno, no fue fácil. Y fijándonos en nuestros dialectos y maneras de hablar por momentos ni siquiera sé lo que puede llegar a expresar un ‘te amo’, un ‘te quiero’, un ‘te extraño’. Y quizá esto de lugar a dudas, a confusiones. Dudas porque no hay forma de saber el sentimiento que tienen hacia vos y confusiones porque tal vez confundimos lo que queremos que sientan con lo que en realidad sienten. ¿Cuántas veces te moriste de ganas por querer estar en la cabeza y el corazón de ‘esa’ persona y saber realmente si siente lo mismo que vos? Si eso se pudiera hacer… se evitarían problemas, confusiones, malentendidos, quién sabe. Obviamente nos gustaría husmear en cabeza y corazón ajenos pero de ninguna manera nos gustaría que lo hagan con nosotros. Siendo realista y sabiendo que esta intrusión no puede hacerse nos preguntamos: ¿Y cómo darnos cuenta entonces, si el sentimiento hacia una persona es correspondido? Yo creo que la respuesta es simple: conociéndola. Como una amiga me dijo una vez, y le doy la razón; ‘nunca terminás de conocer a una persona’, y considero que es así, porque las personas crecemos, cambiamos y hay veces que terminamos sorprendiéndonos hasta de nosotros mismos. Pero lo que creo que sí terminas de conocer de una persona, es su esencia, y esa, en mi opinión, es la ruta que debemos tomar hacia lo que queremos descubrir. Y si hablamos de sentimientos no dudo que se te venga a la cabeza la palabra ‘amor’, y no hay nada más lindo que el amor correspondido. Prohibido que la timidez o el miedo te impidan descubrirlo. No dejes que la duda, pueda más que la razón.
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